viernes, 19 de octubre de 2012

Día de Compartir La Gran Esperanza

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El 1º de noviembre tendremos el Día del Evangelismo Web: una movilización para llevar el mensaje sobre la segunda venida de Jesús a través de las redes sociales.

Estamos invitando a todos los que tengan redes sociales para que se unan a nosotros y publiquen contenido que hable sobre el amor de Dios, y así alcancemos a un mayor número de personas.

El objetivo es divulgar la semana “La Gran Esperanza” que se llevará a cabo desde el 3 al 10 de noviembre, con el Pr. Alejandro Bullón y con la presencia de los Arautos do Rei.

El programa se transmitirá por el sitio: www.evangelismoweb.com/es

Horas: a las 08:00 - 09:00 p,m. Luego tendremos el chat en vivo con el Pr. Alejandro Bullón.

En twitter, utilize la hashtag #LaGranEsperanza

En Facebook, comparte las imágenes que están en pinterest.com/adventistas.

¡Unámonos y mostremos que la web es un instrumento poderoso para llevar esperanza a todo el mundo en esta generación!

miércoles, 3 de octubre de 2012

FILOSOFÍA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA ACERCA DE LA MÚSICA

Dios ha entretejido la música en la trama misma de su creación. Leemos que cuando hizo todas las cosas, "alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios" (Job 38:7). El libro del Apo­calipsis describe el cielo como un lugar de alabanza incesante, que resuena con cánticos de adoración a Dios y al Cor­dero por parte de todos (Apoc. 4:9-11; 5:9-13; 7:10-12; 12:10-12; 14:1-3; 15:2­4; 19:1-8).

Debido a que Dios hizo al ser huma­no a su imagen, compartimos el amor y el aprecio por la música con todos los seres creados. De hecho, la música puede tocarnos y conmovernos con un poder que va más allá de las palabras o cualquier otro tipo de comunicación.1 La mejor música, la más pura, eleva nuestro ser hasta la misma presencia de Dios, donde los ángeles y los seres no caídos lo adoran con cánticos.

Pero el pecado ha lanzado una pla­ga sobre la creación. La imagen divina ha sido desfigurada y casi borrada; en todos los aspectos, este mundo y los dones de Dios nos llegan con una mez­cla de bien y de mal. La música no es moral ni espiritualmente neutra. Puede elevarnos hasta la experiencia humana más sublime o puede ser usada por el príncipe del mal para rebajamos y de­gradamos, para despertar sensualidad, pasiones, desesperación, ira y odio.

La mensajera del Señor, Elena de White, continuamente nos anima a elevar nuestra perspectiva en cuanto a la música. Ella nos dice: "Cuando no se abusa de la música, ésta es una gran bendición; pero mal empleada, es una terrible maldición" (El hogar cristiano, p. 371)2 "Debidamente empleada es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos hacia temas más no­bles, y a inspirar y levantar el alma" (La educación, p. 167).

En cuanto al poder del canto, ella escribe: "Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual. ¡Cuán a menudo la memoria recuerda alguna palabra de Dios al alma oprimida y a punto de de­sesperar -mediante el tema olvidado de algún canto de la infancia-, y entonces las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y alegría a otras almas! [...] Como parte del ser­vicio religioso, el canto no es menos importante que la oración. En realidad, más de un canto es una oración. [ ... ] Al conducirnos nuestro Redentor al um­bral de lo infinito, inundado con la glo­ria de Dios, podremos comprender los temas de alabanza y acción de gracias del coro celestial que rodea el trono, y al despertarse el eco del canto de los ángeles en nuestros hogares terrenales, los corazones serán acercados más a los cantores celestiales. La comunión con el cielo empieza en la tierra. Aquí apren­demos la clave de su alabanza" (La edu­cación, p. 169).

Como adventistas del séptimo día, creemos y predicamos que Jesús pronto vendrá otra vez. En nuestra proclama­ción mundial de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12, llamamos a todos los pueblos a aceptar el evangelio eterno, alabar a Dios el Creador y prepararse para encontrarse con nuestro Señor en su pronto regreso. Desafiamos a todos a elegir lo bueno y no lo malo, para que "renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación glo­riosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:12, 13).

Creemos que el evangelio afecta todos los aspectos de la vida. Por eso, sostenemos que, dado el vasto potencial de la música para el bien o para el mal no podemos ser indiferentes ante ella. Aunque percibimos que los gustos en música varían en gran manera de un individuo a otro, creemos que la Biblia y los escritos de Elena de White sugieren principios que pueden moldear nuestras elecciones.

"Música sacra­” -también llamada música religiosa- es una expresión que se usa en este documento para designar a la música que se centraliza en Dios, y en temas bíblicos; cristianos. En la ma­yoría de los casos, es música compuesta para ser utilizada en los cultos en las reuniones de evangelización o en la devoción personal, y puede ser música vocal e instrumental. Sin embargo, no toda música considerada sacra/religiosa puede ser aceptable para un adventista del séptimo día. La música sacra no debe evocar asociaciones seculares o invitar a la conformidad con normas mundanas de pensamiento o comporta­miento.

"Música secular" es la música com­puesta para ambientes ajenos al servicio de culto o de devoción personal. Apela a los asuntos comunes de la vida y a las emociones básicas del ser humano. Pro­viene de nuestro ser interior y expresa la reacción del espíritu humano ante la vida, el amor y el mundo en el que el Señor nos ha colocado. Puede elevar o degradar moralmente al ser humano. Aunque no está destinada a alabar a Dios, puede tener un lugar legítimo en la vida del cristiano. En su elección debe seguirse los principios presentados en este documento.

Principios para guiar al cristiano:

La música con la que se deleita el cristiano debe ser dirigida por los si­guientes principios:

1. Toda la música que el cristiano escuche, interprete o componga, ya sea sacra o secular, glorificará a Dios: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Cor. 10:31). Éste es el princi­pio bíblico fundamental. Cualquier cosa que no pueda satisfacer esta norma ele­vada debilitará nuestra experiencia con el Señor.

2. Toda la música que el cristiano escuche, interprete o componga, ya sea sacra o secular, debe ser lo más noble y lo mejor: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo hones­to, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Fil. 4:8). Como seguidores de Jesucristo que es­peramos y anhelamos unirnos a los co­ros celestiales, consideramos la vida en esta tierra como una preparación para, y un anticipo de, la vida por venir.

De estos dos fundamentos -glori­ficar a Dios en todas las cosas, y elegir lo más noble y lo mejor- dependen los demás principios que se presentan a continuación para la selección musical.

3. La música debe caracterizarse por ser de calidad, equilibrada, apropiada y auténtica. Fomentará nuestra sensibi­lidad espiritual, psicológica y social, y nuestro crecimiento intelectual.

4. Apelará tanto al intelecto como a las emociones y tendrá un efecto positi­vo sobre el cuerpo.

5. La música revelará creatividad y estará compuesta con melodías de cali­dad. Cuando utiliza armonía, ésta debe ser usada de una forma interesante y artística, con ritmos que la complemen­ten.

6. La música vocal empleará letras que estimulen positivamente nuestras habilidades intelectuales así como nues­tras emociones y nuestra fuerza de vo­luntad. Las buenas letras son creativas, ricas en contenido y de buena compo­sición. Se concentran en lo positivo y reflejan valores morales; educan y ele­van; y se corresponden con una teología bíblica sólida.

7. Los elementos musicales y litera­rios deben obrar armoniosamente uni­dos para influir sobre el pensamiento y la conducta, en concordancia con los valores bíblicos.

8. La música debe mantener un equilibrio prudente de los elementos es­pirituales, intelectuales y emocionales.

9. Debemos reconocer y aceptar la contribución de diferentes culturas en la adoración a Dios. Las formas y los instrumentos musicales varían en gran manera dentro de la familia adventista del séptimo día mundial, y la música proveniente de una cultura puede sonar extraña para alguien de una cultura di­ferente.

Hacer música adventista del séptimo día implica elegir lo mejor y, sobre todo, acercarnos a nuestro Creador y Señor para glorificarlo. Enfrentemos el desafío de tener una visión musical alternativa viable y; como parte de nuestro mensaje profético, hagamos una contribución musical adventista distintiva como un testimonio al mundo respecto de un pueblo que espera el pronto regreso de Cristo.

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- Este documento fue aprobado por la Junta Ejecutiva de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Concilio Anual en Silver Spring, Ma­ryland, el 13 de octubre de 2004, y por la Junta Directiva Plenaria de la División Sudamericana realizada en Bra­silia el 3 de mayo de 2005.

- Referencias:

1 "Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual" (La educación, p. 168).

2 Ella también dice que "justamente antes de la terminación del tiempo de gracia [...] habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza. El juicio de algunos seres racionales quedará confundido de tal manera que no podrán confiar en él para realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuación del Espíritu Santo. El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido des­concertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo" (Mensajes selectos, t. 2, p. 41).

- Publicado por la Revista Adventista, Septiembre del 2005.